Una pequeña comunidad donde "se ve a Cristo en el hermano"
Se encuentra emplazado en la intersección de Mendoza al Sur y Cabo de Hornos. Pertenece al Decanato Nº 7 de nuestra Arquidiócesis. En ese lugar numerosos niños reciben la merienda los sábados por la tarde. Jóvenes universitarios y profesionales, denominados ‘voluntarios salesianos’, comparten con ellos su tiempo realizando un trabajo integral interesante.
Los niños se encontraban en plena ‘picada’ de fútbol. Ellos sólo querían meter el gol en los arcos armados con latas y piedras para luego disfrutar de su clásica merienda de los sábados por la tarde.
Nos estamos refiriendo a los pequeños que pertenecen al Oratorio “Pastorcitos de Fátima”, una pequeña y humilde comunidad que se encuentra ubicada en la intersección de Mendoza al Sur y Cabo de Hornos, y que pertenece a la Comunidad de ‘Domingo y Laura’.
Los principales animadores – voluntarios son jóvenes universitarios y profesionales que, con cariño y amor, donan su tiempo para estar con los más ‘bajitos’ todas las tardes de los días sábados. El grupo se denomina ‘voluntarios salesianos’.
“Nosotros lo que pretendemos es realizar un trabajo integral, no sólo con los niños, sino también con todas las familias del barrio a través del juego”, nos dijo Belén Peñalba, una de las voluntarias de la familia salesiana.
Además de los juegos, los niños también reciben, por parte de los voluntarios, apoyo escolar (leer y escribir). Por su parte la comunidad de ‘Domingo y Laura’ colabora, y mucho, con ropas para los más pequeños.
Pedido de colaboración
Si bien las necesidades son muchas en ese sector, hoy sólo están pidiendo a modo de colaboración para con esos niños: leche y azúcar. Es que todos los sábados, por la tarde, reciben la merienda, generalmente acompañada con ‘chipacueritos’.
“Lo que más necesitamos hoy es leche y azúcar. Por sábado los chicos están consumiendo tres cajas de leche de 800 gramos y dos kilos de azúcar. Todas aquellas personas que puedan colaborar con estas mercaderías, serán bienvenidas. Pueden acercar a la Comunidad de ‘Domingo y Laura’ (ubicada en Mendoza al Sur) o bien comunicarse al celular 3783-704022”, indicó Belén.
Tanto para Belén, como también de todos los jóvenes universitarios trabajando allí, manifestó que “es súper gratificante. Nosotros desde octubre de 2004 estamos trabajando y la verdad que es hermoso. Acá se aprende un montón y se ve, sobre todo, a Cristo en el hermano”.
El mensaje que dejó Belén a los más jóvenes, sobre todo con aquellos que no le encuentran sentido a sus vidas, es “que vengan, que se acerquen, porque acá necesitamos gente joven que tenga ganas de estar con Cristo en el hermano”, concluyó.
La realidad, hoy
Las historias que tienen los niños de ese barrio son muy complejas. La mayoría de ellos, pese a su corta edad, tienen que salir a trabajar junto a sus padres para poder comer y vestirse.
Así lo manifestó Vicenta Meza que, junto a sus parientes (son vecinas de ese barrio), prepara todos los sábados la merienda para esos niños.
Meza reconoció que no sabe leer y escribir, pero tiene un gran amor por esos niños que, en su mayoría, padecen muchas necesidades. “Acá hay muchas necesidades. Antes nosotras le preparábamos el almuerzo, esto fue en marzo y abril de este año, pero por falta de alimentos, tuvimos que quedarnos solamente con la merienda de los días sábados”, relató con angustia Vicenta.
Pese a la pobreza reinante en ese lugar, ellas continúan confiando en Dios. Por eso todos los sábados rezan las mujeres el Santo Rosario pidiendo a la Virgen su protección. En fiestas patronales de santos que pertenecen a la familia salesiana se lleva a cabo la novena en el Oratorio. La fe está intacta en ese lugar. Es digno de ser imitado.
Se encuentra emplazado en la intersección de Mendoza al Sur y Cabo de Hornos. Pertenece al Decanato Nº 7 de nuestra Arquidiócesis. En ese lugar numerosos niños reciben la merienda los sábados por la tarde. Jóvenes universitarios y profesionales, denominados ‘voluntarios salesianos’, comparten con ellos su tiempo realizando un trabajo integral interesante.
Los niños se encontraban en plena ‘picada’ de fútbol. Ellos sólo querían meter el gol en los arcos armados con latas y piedras para luego disfrutar de su clásica merienda de los sábados por la tarde.
Nos estamos refiriendo a los pequeños que pertenecen al Oratorio “Pastorcitos de Fátima”, una pequeña y humilde comunidad que se encuentra ubicada en la intersección de Mendoza al Sur y Cabo de Hornos, y que pertenece a la Comunidad de ‘Domingo y Laura’.
Los principales animadores – voluntarios son jóvenes universitarios y profesionales que, con cariño y amor, donan su tiempo para estar con los más ‘bajitos’ todas las tardes de los días sábados. El grupo se denomina ‘voluntarios salesianos’.
“Nosotros lo que pretendemos es realizar un trabajo integral, no sólo con los niños, sino también con todas las familias del barrio a través del juego”, nos dijo Belén Peñalba, una de las voluntarias de la familia salesiana.
Además de los juegos, los niños también reciben, por parte de los voluntarios, apoyo escolar (leer y escribir). Por su parte la comunidad de ‘Domingo y Laura’ colabora, y mucho, con ropas para los más pequeños.
Pedido de colaboración
Si bien las necesidades son muchas en ese sector, hoy sólo están pidiendo a modo de colaboración para con esos niños: leche y azúcar. Es que todos los sábados, por la tarde, reciben la merienda, generalmente acompañada con ‘chipacueritos’.
“Lo que más necesitamos hoy es leche y azúcar. Por sábado los chicos están consumiendo tres cajas de leche de 800 gramos y dos kilos de azúcar. Todas aquellas personas que puedan colaborar con estas mercaderías, serán bienvenidas. Pueden acercar a la Comunidad de ‘Domingo y Laura’ (ubicada en Mendoza al Sur) o bien comunicarse al celular 3783-704022”, indicó Belén.
Tanto para Belén, como también de todos los jóvenes universitarios trabajando allí, manifestó que “es súper gratificante. Nosotros desde octubre de 2004 estamos trabajando y la verdad que es hermoso. Acá se aprende un montón y se ve, sobre todo, a Cristo en el hermano”.
El mensaje que dejó Belén a los más jóvenes, sobre todo con aquellos que no le encuentran sentido a sus vidas, es “que vengan, que se acerquen, porque acá necesitamos gente joven que tenga ganas de estar con Cristo en el hermano”, concluyó.
La realidad, hoy
Las historias que tienen los niños de ese barrio son muy complejas. La mayoría de ellos, pese a su corta edad, tienen que salir a trabajar junto a sus padres para poder comer y vestirse.
Así lo manifestó Vicenta Meza que, junto a sus parientes (son vecinas de ese barrio), prepara todos los sábados la merienda para esos niños.
Meza reconoció que no sabe leer y escribir, pero tiene un gran amor por esos niños que, en su mayoría, padecen muchas necesidades. “Acá hay muchas necesidades. Antes nosotras le preparábamos el almuerzo, esto fue en marzo y abril de este año, pero por falta de alimentos, tuvimos que quedarnos solamente con la merienda de los días sábados”, relató con angustia Vicenta.
Pese a la pobreza reinante en ese lugar, ellas continúan confiando en Dios. Por eso todos los sábados rezan las mujeres el Santo Rosario pidiendo a la Virgen su protección. En fiestas patronales de santos que pertenecen a la familia salesiana se lleva a cabo la novena en el Oratorio. La fe está intacta en ese lugar. Es digno de ser imitado.
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